Carta de un desastre.

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Sería muy pesimista empezar
diciendo que soy un desastre.
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Hoy,
amor,
podría hablarte de lo bonito
que hay en tu sonrisa,
de lo bonito camuflado en los atardeceres,
en el mar,
en el cielo,
y en tu mirada.
Podría hablarte de paz,
de felicidad,
de miedos enterrados,
de deseos compartidos,
de lija y terciopelo,
y de sueños
        cumplidos.

Pero hoy no,
amor,
hoy me arde el corazón.
Hoy me recorre esta tristeza,
este no saber que hacer
(conmigo),
este no (me) aguanto ni a tiros,
este cansacio acumulado,
estas ganas de tirar la toalla,
de dejarlo.
Estas ganas de perderme
(y no encontrarme),
de echarme a llorar,
de no seguir intentándolo.
Ver que no puedo más,
que me acabo.

Este desastre interior
se hace cada vez más grande,
amor.
Quizás tú tenías razón,
cuando decías que la única que me podía sacar de este caos
era yo.
Lo siento,
amor,
una vez más (me) he fallado.