A veintisiete de diciembre,
una chica de invierno como yo
debería estar feliz
por tener las manos heladas,
los labios con heridas,
el pelo mojado
y el viento frío acariciándole la cara.
Pero no.
una chica de invierno como yo
debería estar feliz
por tener las manos heladas,
los labios con heridas,
el pelo mojado
y el viento frío acariciándole la cara.
Pero no.
Me falta la tormenta de invierno
de vientos huracanados a no se cuántos kilómetros por hora,
de días de lluvia torrencial,
de noches sin luz,
de truenos y rayos,
de paraguas rotos,
de besos fríos,
de abrazos calientes,
de sueños despiertos,
de te quieros escondidos,
de deseos por cumplir,
de ti.
de vientos huracanados a no se cuántos kilómetros por hora,
de días de lluvia torrencial,
de noches sin luz,
de truenos y rayos,
de paraguas rotos,
de besos fríos,
de abrazos calientes,
de sueños despiertos,
de te quieros escondidos,
de deseos por cumplir,
de ti.
Porque no sé en qué momento
empezaste a ser mi tormenta,
mi desorden,
el frío de este caos invernal.
empezaste a ser mi tormenta,
mi desorden,
el frío de este caos invernal.
Pero un invierno
no puede ser sin tormenta,
al igual que yo no puedo
al igual que yo no puedo
ser sin ti.
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